Yehoshua el mago
Es la tarde de un día despejado cuando Yehoshua aprieta la mano de Esther, madre de su único hijo. Ella yace en su lecho de muerte, agonizando de un mal sin remedio. Yohasnam, muchacho que ya se convierte en hombre, es enviado a buscar al maestro Orodes. Es el último intento de Yehoshua por salvarla, pero la visita del viejo maestro de poco vale para evitar el desenlace.
Padre e hijo abandonarán Seleucia, la majestuosa ciudad en la ribera del Tigris, para volver con su gente. Yehoshua no ha visitado a la familia desde los trece años, misma edad que cumple Yohasnam en estos tiempos y que lo obliga a visitar el templo en Jerusalén.
Yehoshua, maestro constructor, sabe que tiene una misión por cumplir, aunque desconoce los pormenores. Él y su primo, Yohasnam bar Zekariah, fueron educados en las escuelas de los magies, y siempre les fue dicho que uno de ellos debería asumir un gran papel, aunque no se les dijo de qué se trataría o siquiera quién de los dos sería el actor de la trama. Por eso pretende encontrarse con su primo, esperanzado en que tenga la respuesta.
El largo viaje en caravana, que los llevará muy cerca de la costa del Gran Mar, servirá para que padre e hijo intimen, para que la historia personal de Yehoshua le sea revelada a Yohasnam, para perseguir los pasos del esquivo primo, para visitar a los grandes maestros de otras ciudades, y, finalmente, para arribar a las tierras de Galilea y Judea, donde el destino descrito por los astros en los cielos más de treinta años atrás se tornará en realidad.