Rebeca está loca.
Rebeca sabe quién es, porque es justamente quien ella cree ser; o, ¿acaso está loca?
Las vidas de Xavier y don Josué se entrecruzan de manera inesperada, en un incidente circunstancial que al parecer se resolverá como un simple negocio, hasta que aparece Rebeca.
El joven Xavier y el anciano Josué se enfrascan en una competencia cuyo premio suponen ser Rebeca, y ella les da alas a los dos, aunque ninguno comprenda sus intenciones.
El viejo deberá confrontar las consecuencias de sus actos de juventud, Xavier deberá poner su vida en perspectiva para tomar decisiones cruciales, y aun quienes parecen no tener mucho que ver con los hechos que han reunido a este trío se verán afectados irremediablemente, porque Rebeca es capaz de voltearle el mundo al revés a cualquiera.
Nadie más podría obrar como Rebeca, quien sabe entremezclar los modos suaves con los desplantes y es capaz de cualquier cosa para conseguir sus objetivos, porque ella es quien cree ser, ¡claro!, salvo la mejor opinión del lector.