El poeta De Cuén
Geraldo De Cuén ha dedicado su vida a crear poesía y beber vino. Su felicidad es escribir para otros, a veces por dinero, a veces simplemente para leerles a los parroquianos que dan vida a su cantina favorita.
¡Qué viva el poeta De Cuén!, es la ovación con la que son agradecidas día tras día sus creaciones.
Su desapego a lo material es tan grande como su bonhomía, su comprensión de la naturaleza humana no tiene par y sus convicciones resisten cualquier prueba.
Enamorado de las mujeres y siempre atento a las carencias ajenas, su perspectiva de la vida es singular. Quizá por eso le será concedido experimentar un inusitado viaje místico, del que podría regresar siendo otro.
Mientras la historia transcurre, el pasado del poeta se va explicando, y cada explicación sacude nuevamente su código de conducta.
¿Serán las circunstancias capaces de cambiar al gran Geraldo De Cuén?