Ráfaga de viento

"Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas.
Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión."
                                                                             José Ortega y Gasset.

El hombre surca la vida a bordo de una nave forjada en sus primeros años. Es en el alma tierna del infante donde se graba a fuego la primera descripción de la realidad en consecuencia con su entorno. El ser humano se forma en casa y su formación lo predestina, nublando las más de las veces su libre albedrío.

Cuando las experiencias van probando que la nave resulta ingobernable por haber sido concebida para una realidad distinta, el libre albedrío y la voluntad se suman en el intento desesperado de remodelar los conceptos aprehendidos en la infancia, en una lucha casi siempre destinada al fracaso.

El protagonista de este relato debió sufrir más de cinco décadas de colisiones con su destino para comprender que son sus anhelos lo que lo determina, no su historia. Debió entender que nos es la barca lo que define la meta, sino aprovechar el viento pero, ¿a dónde ir cuando todo se ha vuelto lo mismo?

Ser hombre, ser barca, ser mar; de pronto todo resulta igual. Mejor ser viento, ráfaga de viento…